¿Que son el CCC, el IBAN, el BIC y el SWIFT?
El CCC es el acrónimo de Código
Cuenta Cliente, denominación que da la banca española al código
normalizado de cuenta bancaria. Actualmente este término ya es muy conocido, ya
que se introdujo a finales de la década de los 80 para desarrollar el EDI
(Intercambio Electrónico de Datos) bancario, por cierto, con el que hemos sido
pioneros y estamos disfrutando de una amplia normativa (cuadernos) desarrollada
por el extinto Consejo Superior Bancario.
Este código, numérico, consta de
veinte dígitos que corresponden sucesivamente, cuatro al Número de Registro de
Entidades del Banco de España, cuatro que señalan a la oficina, dos dígitos de
control, y diez que identifican unívocamente a la cuenta. Los dos dígitos de control
se calculan mediante un algoritmo matemático, el primero a partir de la
identificación de banco y sucursal, y el segundo en función de la cuenta.
Inicialmente se permitía sustituir estos dígitos si no se conocían por
asteriscos, tal como figura en la normativa, para desencadenar una comprobación
manual.
Los dígitos de control permiten
comprobar en los procesos de entrada de datos la validez del código
introducido, avisando en el acto si no es correcto, lo que aumenta de forma
extraordinaria la seguridad.
La representación visual del CCC
es en cuatro grupos de caracteres, sucesivamente de cuatro, cuatro, dos y diez
dígitos, y el formato electrónico (el utilizado en los ficheros EDI) es
compacto de 20 dígitos.
Por lo comentado hasta aquí, el
CCC y los códigos de otros países europeos solo son utilizables en su
territorio, y por tanto no son aptos para facilitar los cobros y pagos no
domésticos. Para resolver este inconveniente en Europa se ha desarrollado una
normativa de codificación de cuentas bancarias adecuadas para su identificación
en todo el mundo:
El IBAN, International Bank
Account Number, es el estándar EBS204 del Comité Europeo de Estándares
Bancarios, que a su vez cumple con el estándar ISO 13616. Es alfanumérico
(puede estar compuesto por letras y por dígitos), la longitud puede llegar a un
máximo de 34 caracteres, y está formado por las dos letras del código ISO
3166-1 alfa-2 del país (ES para España), dos dígitos de control, y la
identificación de la cuenta dependiendo del territorio (en España mediante el
CCC, y por tanto la longitud para nuestro país es de 24 caracteres).
La representación visual del IBAN
se efectúa en grupos de cuatro caracteres (el último puede ser de menor
longitud), y en el formato electrónico (lógicamente) en un solo bloque.
Ejemplo, CCC: 2077 0024 00 3102575766
IBAN correspondiente: ES76 2077
0024 0031 0257 5766
Los países europeos han adoptado
el IBAN para identificar cuentas bancarias, pero desafortunadamente no ha sido
así para la mayoría de las restantes naciones.
El BIC, Código Internacional de
identificación Bancaria, identifica a las entidades financieras, sin
descender a la cuenta concreta. Está regulado por la Society for Worldwide
Interbank Financial Telecommunication, que asigna estos códigos.
La composición del código BIC
está reglada por la norma ISO 9362. El código consta de 11 caracteres, los
cuatro primeros identifican el banco, los dos siguientes al país (usando el
código ISO 3166-1 alpha-2), los dos siguientes a la localidad, y los tres
últimos caracteres (opcionales) identifican la oficina (se puede utilizar ‘XXX’
para referirse a la principal). La versión abreviada de ocho caracteres se
puede emplear para referirse a la oficina principal.
Como es fácil deducir, para
cobros y pagos internacionales es necesario indicar el BIC y el código de
cuenta IBAN. Para cobros y pagos en el territorio europeo, hoy por hoy, hay que
indicar el IBAN… y el BIC.
SWIFT es el acrónimo de la
Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication, que como
acabamos de citar concede el BIC a las entidades bancarias asociadas. Por esta
razón también se denomina código SWIFT al código BIC.
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